Cuando decimos “explosión” no lo decimos de manera figurada. Fue este último miércoles por la tarde que la camioneta EXPLOTÓ. Tratábamos de arrancarla, después de haberle cambiado un repuesto y un ruido estruendoso nos dejo mudos y con las pantorrillas flojas como tero desnutrido.
Estos meses de ausencia bloggera pasaron muchas cosas difíciles de describir. Son tantas, que quizás me sentí apabullada y no supe cómo expresarlas en palabras escritas. Parece como si la explosión hubiese destapado los conductos obstruidos de la escritura.
Pasado este tiempo, podríamos publicar sin exagerar una novela en 8 tomos de 300 hojas y nos quedaríamos cortos. Sería una novela bastante tediosa y aburrida, por eso no la escribimos, pero si existiera se llamaría algo así como: “Como empezar un viaje soñado y no morir en el intento”
Pero en vez de optar por este insulto a la literatura, preferimos desahogarnos en este espacio, llamado blog, en este cúmulo de palabras que quedan flotando en el éter espacial.
De alguna manera es una forma bastante sana y económica de hacer catarsis.
La tercera etapa de reconstrucción de la camioneta se convirtió en el cuento de la Buena Pipa. (1)¿Querés que te cuente el cuento de la Buena Pipa? No, no te dije si cambiaste el carburador dos veces, el distribuidor otras dos, si mandaste a rehacer 8 piezas al tornero, si se te voló una ventana, si hiciste a nuevo el tanque de nafta, si el flotante no andaba, si mandaste a hacer el limpiaparabrisas a medida, si las cortinas quedaron cortas, si el burlete filtra agua, si la puerta no cierra, si la garrafa no entra, si la pintura se salta, si el múltiple se deformó como una banana, si te quedaste 20 veces, si te remolcaron otras 20, si el tapicero te recontra cagó, si la butaca se descose, si te pasó eso que es rariiiisimo que pase, pero que loco que te pasó eso! ¿Como puede ser si está todo nuevo?. No te dije: si se prende la luz del aceite, si el radiador nuevo se pinchó, si la manguerita se soltó y la bocina no anda, si se trabó el cebador, si se ensució el filtro, si el buje no existe, si lo mandaste a hacer de nuevo al tornero, si el tornillo no calza y el rotor no funciona, si se soltó la chaveta, y si se cortó el remache. No, no te pregunté: Si el platino no tiene luz, si el cerrajero te rompió la llave, si dijo “ahora vuelvo” y no volvió más, si la batería se descarga, si hace un mes que esperas y el mecánico no llama, si la dirección se tuerce y el escape EXPLOTA.
Te dije: si querés que te cuente el cuento de la buena pipa… (Volver a (1) y leer infinitamente)
Todavía no encontramos la puerta de salida del laberinto de la Buena Pipa.
Esa explosión tan vívida quedó retumbando en nuestras cabezas, y buscando la metáfora más obvia nos explotó también la paciencia. Yo llore 24 horas seguidas, hasta secarme por completo, Ser puteó en mil colores y no prendió fuego a Gorda solo por respeto hacia mí.
Lloramos y puteamos hasta que no hubo más lágrimas ni mas putas que parieran.
Así estamos hoy, caminando sin cesar por el laberinto de grasa y tuercas, buscando una salida que nos lleve hacia la ruta…
No entendemos el por qué de todo esto, no nos convence la idea de que “todo pasa por algo” como nos suelen decir a menudo. Tampoco creemos que es una especie de castigo divino y que lo merecemos, porque al fin y al cabo creo que actuamos siempre de buena fe y pensando en lo mejor.
Después de un año de remarla, de no viajar, de esperar y de trabajar tanto en esta cosa, la cosa no funciona. Esta es su última oportunidad, ya se lo advertimos:…si no andás, te quedás!
Por ende el panorama es el siguiente: Plan A, gastar la última gota de esperanza que nos queda para salir a la ruta con Gorda. El plan B es irnos sin ella…hoy por hoy todavía se disputan en un 50% y 50% ambas posibilidades…
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Con Joaquín de poramericaandando , en su visita relámpago por BA. Gracias por el shock de energía que nos dejaste, nos dio mucha alegría y nos hizo re bien verte. |